Por Alessandra Ramos y Mirna Rivera. Las empresas modernas enfrentan nuevos desafíos, que las empujan a ser más competitivas e innovadoras. Las constantes demandas a las que son sometidas por parte de sus clientela y competencia, las obliga a ser más flexibles en un mercado cada vez más globalizado.
Según Chakravorti (2004:3) “pese a los riesgos que conllevan el desarrollar y lanzar innovaciones, las empresas las adoran porque impulsan las utilidades, el crecimiento y el valor para los accionistas.”
Las organizaciones que no están abiertas a este tipo de innovaciones o cambios difícilmente podrán ser sostenibles en el largo plazo, porque la falta de visión en este sentido puede convertirse en su peor enemigo y dejarlos fuera del negocio.
De acuerdo con la Revista del Centro del Comercio Internacional (1999-2006) “Innovar es el proceso de identificación de necesidades no satisfechas de concepción de los servicios que permitirán atenderlas.”
El valor agregado que se pueda dar a los productos o servicios que se ofrecen determina en gran medida la competitividad de las empresas. El cuestionamiento constante acerca de lo que se esta ofreciendo, el escuchar a los diferentes públicos de interés, como pueden ser empresas proveedoras, clientes, accionistas y potenciales inversionistas es tan necesario como el producto o servicio que se esta ofreciendo.
Según Pereira (2006):
Todo se modifica cuando aparece la contradicción. Cuando un grupo de personas se convence que la tierra y el hombre no es el centro del universo. Es por ello que todos evitamos los cambios. Nos sacan del estado del reposo en que estamos. Como todos los cuerpos los evitamos, nos resistimos a ellos.
Muchas empresas en la actualidad no quieren apostar a los cambios y esperan que otras den el primer paso para estar seguras de que si funciona. Esta forma de actuar conservadora, si bien les asegura en el corto plazo su permanencia en el mercado no les da el liderazgo, ni la credibilidad e imagen tan necesaria para ser competitivas. Esta demostrado que las transformaciones e innovaciones rompen, a veces de manera violenta, alterando el estado actual de las cosas.
Nash en Chakravorti (2004:4) plantea que los mercados se resisten a la innovación porque desean el equilibrio, el cual valida sus decisiones y refuerza su compartimiento, cuando la innovación entra genera incertidumbre en la toma de decisiones. La innovación rompe los antiguos paradigmas y rompe el statu quo, por ello los mercados no están del todo abiertos y en muchos la resistencia pesa más que los beneficios que el cambio pueda traer.
Los países desarrollados gastan cada vez más dinero en innovaciones tecnológicas. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas (2004:1) en España se observa un incremento en el ano 2003 en relación al 2002 del 1%, lo que indica que las empresas están convencidas que el uso de tecnología favorece la rentabilidad de las empresas. La rama automotriz es el sector que permanentemente realiza cambios en su línea de producción para ofrecer un producto más atractivo al cliente.
Sin duda, la innovación es sinónimo de cambio y competitividad para las empresas que desean ser exitosas en una economía globalizada. Los beneficios se traducen en mayores oportunidades y mayor rentabilidad, lo que favorece también a las sociedades donde operan.
Según Chakravorti (2004:3) “pese a los riesgos que conllevan el desarrollar y lanzar innovaciones, las empresas las adoran porque impulsan las utilidades, el crecimiento y el valor para los accionistas.”
Las organizaciones que no están abiertas a este tipo de innovaciones o cambios difícilmente podrán ser sostenibles en el largo plazo, porque la falta de visión en este sentido puede convertirse en su peor enemigo y dejarlos fuera del negocio.
De acuerdo con la Revista del Centro del Comercio Internacional (1999-2006) “Innovar es el proceso de identificación de necesidades no satisfechas de concepción de los servicios que permitirán atenderlas.”
El valor agregado que se pueda dar a los productos o servicios que se ofrecen determina en gran medida la competitividad de las empresas. El cuestionamiento constante acerca de lo que se esta ofreciendo, el escuchar a los diferentes públicos de interés, como pueden ser empresas proveedoras, clientes, accionistas y potenciales inversionistas es tan necesario como el producto o servicio que se esta ofreciendo.
Según Pereira (2006):
Todo se modifica cuando aparece la contradicción. Cuando un grupo de personas se convence que la tierra y el hombre no es el centro del universo. Es por ello que todos evitamos los cambios. Nos sacan del estado del reposo en que estamos. Como todos los cuerpos los evitamos, nos resistimos a ellos.
Muchas empresas en la actualidad no quieren apostar a los cambios y esperan que otras den el primer paso para estar seguras de que si funciona. Esta forma de actuar conservadora, si bien les asegura en el corto plazo su permanencia en el mercado no les da el liderazgo, ni la credibilidad e imagen tan necesaria para ser competitivas. Esta demostrado que las transformaciones e innovaciones rompen, a veces de manera violenta, alterando el estado actual de las cosas.
Nash en Chakravorti (2004:4) plantea que los mercados se resisten a la innovación porque desean el equilibrio, el cual valida sus decisiones y refuerza su compartimiento, cuando la innovación entra genera incertidumbre en la toma de decisiones. La innovación rompe los antiguos paradigmas y rompe el statu quo, por ello los mercados no están del todo abiertos y en muchos la resistencia pesa más que los beneficios que el cambio pueda traer.
Los países desarrollados gastan cada vez más dinero en innovaciones tecnológicas. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas (2004:1) en España se observa un incremento en el ano 2003 en relación al 2002 del 1%, lo que indica que las empresas están convencidas que el uso de tecnología favorece la rentabilidad de las empresas. La rama automotriz es el sector que permanentemente realiza cambios en su línea de producción para ofrecer un producto más atractivo al cliente.
Sin duda, la innovación es sinónimo de cambio y competitividad para las empresas que desean ser exitosas en una economía globalizada. Los beneficios se traducen en mayores oportunidades y mayor rentabilidad, lo que favorece también a las sociedades donde operan.
2 comentaris:
Cuando hablamos de innovación en el mundo empresarial siempre nos referimos a los procesos, productos o servicios,a las estrategias, tecnologías, etc, y está claro que es muy importante, imprescindible diría yo.
Pero nos falta algo que se deja a un lado y que, según mi opinión, es fundamental: la innovación en nuestra manera de pensar, de contemplar el mundo, la sociedad en que vivimos desde una perspectiva holística.
A lo largo de la historia ha habido corrientes de pensamiento que han hecho cambiar profundamente la evolución de la sociedad.
Yo echo de menos la innovación en ese sentido... puede que la Responsabilidad Social Corporativa sea la respuesta.
Hola, me parece súper interesante la reflexión en torno a la innovación como factor (o fuente) de competitividad. No tengo duda de ello, y reforzado con otros factores ayudan ostensiblemente a la mejora de competitividad. Ahora, la pregunta básica y elemental es... ¿están dispuestas las empresas por apostar por la innovación? Muchas piensan sólo en productos, sin embargo hay innovaciones en negocios (en la forma de hacerlos) que pueden ayudar a la mejora de la competitividad también. Un artículo interesante en esta línea es el de Alejandro Ruelas-Gossi, donde plantea el "Paradigma de la Big T" publicado en harvard Business Review(que les recomiendo). Una solicitud, por fgavor me puedes dar la fuente exacta de "Chakravorti (2004)".
Un saludo
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